miércoles, octubre 18, 2017

Mi Último Tranvía

la vida sigue igual que siempre
con su ritmo y armonía
y al aire revigorizante
de una música conocida

que me embarga el alma
de placidez y ternura
para con la infancia tierna
y con las cosas sencillas

que fieles nos acompañan
que están ahí y que duran
al igual que el río Duero
-arteria y alma/mater de Castilla

-(cantó así el poeta "maldito")-
a su paso por Tordesillas (...)

Sí ¿no lo ves, Juan?
¡no seas gafe, pesimista!
que la vida surte en torno a ti
más fuerte y viva que nunca

Todo lo que me viene a la mente
con el lago -y el bosque- a la vista
y sus plácidas aguas
¡qué brillantes, qué tranquilas!

mientras las aves sueltas
vuelan raudo y nos arrullan
y los niños -y perros y gatos-
juegan en la hierba humeda

en la tarde de Otoño -boreal-
cual grandiosa sinfonía:
que el Tiempo y el mundo se acuestan
cuando renazco a la vida

pleno de ganas de vivir
y ebrio de ansias de poesía,
el corazon rebosante
y el alma de amor henchida

esperándote siempre a ti
¡no te hagas la distraída,
la inocente, anda, venga,
niña cuca (y bruja)!

que fue todo por ti
(el hoyo en el que me vi
y el fregado en el que me metí)
obra y gracia -y culpa- tuya

y pese a todo te esperé
en la estación semi vacía
a solas conmigo mismo
como mi último tranvía

como si fuera una estampa
del gran pintor surrealista
que solamente pintaba
la que amaba y más sentía

¡Y en mis versos vives tú
la gran musa de mis musas!

(Sólo me hicieron suspirar
las que a ti se parecían) (...)

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